Olaya Bellver

1
Las noches, recurrentes,
las paso enteras abrazando cachorros
y no hay amanecer que me interrumpa.
Esta noche, además, lavé los platos sucios
y las copas grasientas mientras memorizaba
el tacto de los peces.
Recuerdo que pensaba todo el tiempo:
“que acabe esta ternura”.

2
Están despiertos a pesar de la noche,
tal vez porque encendemos demasiadas bombillas:
trinan como planetas los gorriones
y el universo suena. He escuchado decir
que, al enfrentar la muerte, las estrellas
componen marchas fúnebres.
La luz artificial también es ley:
oye cómo sucumbe a su firmeza
el trino del gorrión.

3
Hermenéutica: el arte de interpretar textos.
Por lo tanto, imagina a un hombre bajo el mar
ataviado con un pesado traje de buzo,
portando una escafandra colosal y redonda
como un planeta,
sin parpadeos, sin ojos, descreyendo
sus propios movimientos que se alejan
azules, desvaídos.

4
No sé por qué imagino, sentada como estoy
frente a las olas, un pedazo de suelo
emergiendo del mar.
¿Cuánta arena hará falta para sentirse tierra?
A mi lado, una pequeña duna
y, encima, una gaviota.

5
Me dijo la cordura:
“te doy mi mano, sube.
Aquí la luz horada hasta la sangre
y, entonces, eres vuelo”.
Le respondí callada:
“tú sabes que mi voz escucha voces,
que me entregué, volada y luminosa,
rompiéndome los puños en el aire.
Que soy tu esquizofrenia”.

6
Sobre el mismo fondo, la misma noche.
Colgadas de los muros invisibles
o ahorcadas en lo alto, las bombillas
dirigen su ceguera a mi balcón
y siento el frío de las cosas muertas.
Quiere pasar el tiempo sin mi salvoconducto
y asumo que lo hará. Mientras tanto examino
la mentira aquietada del paisaje,
los perfiles en sombras de no sé qué lugar
y el mar pulverizado de mi propia conciencia
que cae, como relente, mojando las aceras
de sudor.

7
Ha llovido esta tarde en la ensenada.
De un azul agrisado, el mar,
bajo esta claridad sin sol,
parece un faraón embalsamado.
Un estático nimbo prevalece
y encarna los colores del cadáver.
Las aguas oleosas humedecen mi piel
que exuda cierta vida
a expensas del bochorno.
No sé determinar si aquí,
dentro de esta burbuja
donde la densidad de mi existencia
me dificulta ser y respirar,
lo que siento es ternura.




RÓTULA es una revista de poesía
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Obra original de Susana Benet